domingo, diciembre 26, 2004

El Gran Robo de las compañías farmacéuticas

Es raro encontrar ejecutivos honestos en las compañías farmacéuticas. Especialmente alguno dispuesto a decir la verdad sobre la manera descarada en que éstas compañías le roban a los miembros mas necesitados y desesperados de nuestra sociedad, o sea a aquellos que se enferman y carecen de seguro de salud y a los ancianos. Pero quizás en el espíritu de Navidad y escuchando la voz de su conciencia, el vicepresidente de marketing de Pfizer, Peter Rost, decidió revelar en el Los Angeles Times los secretos sucios que la industria farmacéutica no quiere que nos enteremos.

Un ejemplo claro que el gobierno Bush y la industria farmacéutica no quiere se divulgue, pero que aquellos que trabajan en el área de salud conocen desde hace mucho tiempo, es cómo el Departamento de Asuntos de Veteranos utiliza sus poder de negociación basado en el alto volumen de compra de medicamentos para conseguir precios bastante reducidos.

En el colmo de la hipocresía la administración Bush se vanagloria de haber pasado (con la aprobación de la industria farmacéutica) la nueva ley de Medicare que otorga tarjetas de descuento a las personas de edad mayor para que compren medicamentos a precios "reducidos".

Lo que el gobierno y la industria farmacéutica no quieren que se sepa es que el mismo medicamento que le cuesta $1,299 al año a un anciano que usa la tarjeta de descuento de Medicare, le cuesta solamente $322 al año a un veterano gracias a las negociaciones hechas por el Departamento de Asuntos de Veteranos con las compañías farmacéuticas.

Lo que el gobierno y la industria farmacéutica tampoco quieren que el público se entere es que en la nueva ley de Medicare se prohibe (a insistencia de las compañías farmacéuticas) que el gobierne negocie los precios de compra con los fabricantes de medicamentos.

O sea que para darles una manito a sus amigos en las corporaciones de la industria farmacéutica, Bush y sus compinches deciden prohibir que el cliente mas grande de dicha industria (el gobierno de EEUU) negocie precios con ellos, sin importarles que al final los que paguen los platos sean los individuos mas necesitados de nuestra sociedad.

Dice Rost:

"Nada de ésto tiene sentido. Y como es de esperar, las compañías que tienen las mayores ganancias en la industria farmacéutica son las que mas pelean para mantener las cosas como están."


El punto mas importante de los comentarios de Rost es que,
aquí en los EEUU, las compañías farmacéuticas también venden medicamentos a los precios bajos que uno encuentra en Canadá o Europa. La gran diferencia es que éstos descuentos se ofrecen sólo a sus llamados "clientes favoritos", o sea a aquellos que tienen suficiente poder para negociar precios (por ejemplo el Departamento de Veteranos).

Como dice Rost,

"Un estudio hecho en el año 2001 por el grupo de protección al consumidor Ciudadano Público encontró que los llamados clientes favoritos de las compañías farmacéuticas pagaban sólo un poco más de la mitad del precio de venta. Por lo tanto ésto deja a los 67 millones de Americanos que no tienen seguro de salud pagando al contado por medicamentos que les cuestan el doble de lo que pagan los clientes favoritos."


Rost termina el artículo diciendo,

"Yo ingresé a ésta industria para salvar vidas, no para quitarlas. Y ésta es la razón por la que decidí hablar."


El artículo menciona varios otros puntos interesantes de los cuales comentaremos en el futuro. Mientras tanto les recomendamos lean mas comentarios aquí y el texto del artículo en el Los Angeles Times.

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