La llamada rueda de prensa de Bush

Una vez más la Casa Blanca se juega a la prensa de Estados Unidos y se sale con la suya ante los medios de comunicación y en particular los de televisión.

Esta semana la Casa Blanca decidió que sería bueno que Bush saliera en televisión en el horario estelar de "primetime" para vender su agenda, ya que a pesar de tener un Congreso de control republicano, no ha podido lograr todo lo que quiere y cada vez la gente le cree menos, incluso los ridículos que votaron por él.

Aunque vendieron el evento como una "rueda de prensa", fue en realidad un discurso de Bush como con tres preguntas al final sin transcendencia y que la mayoría de los canales de TV ni se molestaron en pasar porque cortaron la transmisión...

Lo que muchos no saben es que la Casa Blanca negoció con las principales cadenas de televisión, porque inicialmente NBC, Fox y CBS, decidieron que mejor ponían sus propios programas, ya que consideraban que en realidad no tenía nada de noticioso el evento de Bush. Sólo ABC que va perdiendo en los ratings había dicho que pondría el discursito de Bush.

La Casa Blanca reaccionó y cambió el evento de las 8,30 pm a las 8pm para que las cadenas pusieran al presidente, despuès de intensas negociaciones, en particular después que NBC y los productores del programa de Donald Trump, indicaran que si había cambio de hora entonces pondrían a Bush.

Detrás de todo esto está el hecho que esta semana es parte del "may sweeps" que son los días en que las cadenas determinan los precios que pagarán los anunciantes sergùn los ratings de los principales programas, y como saben hay millones de dólares de por medio.

La última cadena en unirse a la transmisión fue CBS cerca de las 6pm de la noche, dos horas antes que el discurso de Bush.

Tampoco es coincidencia que Bush le diera preferencia a los medios de televisión en las preguntas e ignorara a los demás.

Y sobre decir que como en todas las llamadas conferencias de prensa de Bush, ni hubo noticia, ni preguntas fuertes ya que los periodistas de la Casa Blanca trabajan entre la amenaza de ser ignorados o con las ganas de complacer a los jefecitos del mundo.