A pocas horas de aprobar la impresionante cifra de 440.216.117.000 dólares en gasto militar para el 2006 por una votación de 97 a 0, el Senado de Estados Unidos, derrotó un aumento mínimo al diminuto salario mínimo para los millones que apenas se ganan la vida en el país.
Con las imágenes de la cruel pobreza destapadas por Katrina en Louisiana y Mississippi todavía en la mente de muchos, y con medio millón de damnificados inscritos recientemente en las listas de asistencia alimentaria y engrosando las filas del desempleo, el Senado no dudó en darle la espalda a los que a diferencia de ellos se ganan la vida honradamente.
Desde 1997 no se ha dado un aumento en el salario mínimo que es actualmente 5.15 dólares por hora con lo que debe alcanzar para conseguir seguro médico, cuidado infantil, transporte, vivienda y pagar los históricamente altos precios de gasolina.
La propuesta del senador Edward Kennedy, respaldada por sindicatos, hubiera aumentado el salario mínimo a 6,25 dólares en un período de 18 meses.
Kennedy, demócrata de Massachusetts, dijo que el huracán Katrina demostró la magnitud de la pobreza en el país, y señaló que un padre soltero con dos niños que percibe un salario mínimo gana 10.700 dólares al año, 4.500 menos que el nivel federal de pobreza.
El senador señaló que era “absolutamente inaceptable” que en el mismo período en el que el Congreso ha rechazado aumentos al salario mínimo, los legisladores han votado siete veces en favor de aumentos salariales para ellos mismos, por un total de 28.000 dólares.
La enmienda de Kennedy a una propuesta de gastos fue derrotada por votación de 51-47, incluyendo la votación del Senador republicano de Florida, Mel Martínez quien votó en contra del aumento de un dolarcito. El otro latino, Ken Salazar, demócrata, votó a favor.
Me imagino que la votación sería diferente si a alugno de los senadores les tocara vivir aunque fuera una semana con el salario que según ellos es suficiente para pagar todos los gastos familiares.