Ya cansado de tanta protesta, el presidente Bush insistió en que su visita a Panamá incluyera un tourcito, casi que nostálgico, por la zona del Canal. Y ahí estuvo, recorriendo el país que su padre invadió y dándose la mano con otro hijo de padre famoso, Martín Torrijos cuyo padre, exdictador panameño, negoció el fin del control de Estados Unidos de “su” preciado canal.
Obviamente no sabemos que es lo que pasaba por la cabecita de Bush al pasar cerca de las compuertas de Miraflores, pero aquí va nuestro intento por leerle la mente.
“Me acuerdo cuando nosotros eramos dueños de todo esto y los panameños no podían entrar si no a trabajar o servir. Y hasta teníamos la escuela de las Américas, que tiempos aquellos, ahora me reciben con protestas y paros”.
“Menos mal que no está Cheney porque seguro no me deja tocar nada…Hmmm y si muevo aquí, ¿será esto como los diques en Nueva Orleans?”
“Mira señor Bush, yo se que lo intentaron pero no vale la pena ni que sueñes con recuperar el canal, ni para venir de vacaciones, o desentierro a mi papi”.
“Que bonita se vería esa estrella panameña en nuestra bandera, aunque primero hay que poner la de Puerto Rico, a ver si por fin pagan impuestos”.
“Que hartera estas conferencias de prensa, ojalá no me pregunten el nombre completo del presidente de Brasil, ni si le llevo alfajores a Karl Rove”.
“jue madre, a estos panameños ya ni en béisbol le ganamos. Ya me gustaría darle un pelotazo a Maradona y de paso a Hugo Chávez”.
También me gustaría darle un pelotazo a ese periodista que me preguntó sobre las cárceles secretas de la CIA, eso es lo malo de salir del país con otros periodistas que no son los chupamedias del que trabajan en la Casa Blanca “No torutarmos” pero…