Cada año en la Navidad, se supone que debe imperar la buena voluntad, la paz y el perdón…

Pero siguiendo una tradición familiar, de tal padre, tal hijo, el presidente Bush se fue de vacaciones dejando la lista esquelética de "perdones" anuales a diversos infractores de la ley, todos por crímenes menores.

 Y no crean que los está dejando libres, la mayoría son formalidades para gente que ya cumplió su sentencia y la reducción de sentencias.

La mayoría por crímenes no violentos relacionados a las drogas, y OBVIAMENTE no se preocupó por los miles de indocumentados arrestados recientemente por hacer los trabajos duros que nadie más hace.

La tradición presidencial es de repartir perdones cada año, pero por lo visto es más fácil que Bush le perdone la vida a un pavo que a un ser humano.

Ya hemos comentado las injusticias del sistema de "justicia" de Estados Unidos, y es lamentable que el presidente sea tan tacaño con una herramienta destinada a darle una segunda oportunidad a mucha gente, que en mi opinión son mucho menos criminales que los que trabajan en la Casa Blanca….

Por cierto, entre los "perdonados" hay uno que se destaca porqué el y también su padre donaron dinero a la campaña de Bush…