Ya les habíamos comentado hace unos días la aparente desesperación de Bush por pasar lo antes posible leyes que aseguren que sus crímenes de guerra y flagrantes violaciones de la Convención de Ginebra y la Constitución sean legitimadas retroactivamente por el Congreso y convertidas en ley.
También les decíamos que el mayor obstáculo para Bush en conseguir legalizar estas barbaridades estaba en el Senado en donde tres senadores republicanos de mucha influencia se habían unido a los demócratas en oponerse a pasar estas leyes.
Prisioneros en Guantánamo
Ahora también han comenzado a escucharse críticas de importantes personalidades internacionales en oposición al plan de Bush.
Este fin de semana el Procurador General del Reino Unido, Lord Goldsmith, advirtió a los Estados Unidos que el proyecto de ley que intenta limitar las obligaciones de este país bajo la Convención de Ginebra en lo relacionado al interrogatorio y juicio de los detenidos lo pone en riesgo de provocar la condena internacional.
Los comentarios de Lord Goldsmith, hechos durante una congreso de abogados en Chicago, reflejarían una gran preocupación internacional sobre este asunto y señalarían un intento de Gran Bretaña de retornar a los Estados Unidos a un marco de respeto por las leyes internacionales.
Goldsmith dijo también que más allá de ser puramente un debate político doméstico de los EEUU, este asunto trata sobre un estándar internacional de importancia muy considerable cuyo contenido debe ser el mismo para todas las naciones.