“Cuando ustedes emitan una orden de ejecución contra mi casa, estaré muerta”. Esto fue lo que escribió a su compañía de hipoteca, Carlene Balderrama, una madre de familia a punto de perderlo todo.

Y cumplió con su amenaza, matándose con el rifle de su marido, 90 minutos antes de la subasta programada para vender su casa.

Luego de tres años y medio de atrasarse en los pagos de la hipoteca, Balderrama, un ama de casa de Taunton, Massachusettss, comenzó a interceptar cartas de la empresa que financiaba su hipoteca, y a romperlas, antes de que su esposo las viera. Ella intentó refinanciar la hipoteca, pero su solicitud fue rechazada.

Carlene, dejó una nota diciendo que se usara su seguro de vida para que su familia pagara la deuda de la casa.

Y antes que la policía sacara su cuerpo de la casa, ya se habían congregado varios compradores que venían a inspeccionar la vivienda antes de la subasta.

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