Esta administración parece haber perfeccionado el arte de producir hipócritas en serie.
Primero fue Bush prometiendo que si lo reelegían presidente iba a cambiar su hábito de mandar al resto del mundo al demonio…
…y actuar unilateralmente, y por el contrario iba ahora a “reencontrarse” con la comunidad mundial y buscar una política internacional basada en la cooperación con los aliados.
Después fue Abu Gonzales prometiendo que si lo elegían procurador general de la república iba a reformarse y cambiar su hábito de torturar árabes (o cualquiera que se opusiera a la política del gobierno) y en cambio adherirse a los convenios internacionales y a la preservación de los derechos humanos.
Después vino Paul Wolfowitz con su promesa de que, si lo elegían presidente del Banco Mundial, cambiaría sus hábitos imperiales de querer dominar al mundo y de castigar a todos aquellos países que se opongan a las políticas de los EEUU cortándoles la ayuda económica para matarlos de hambre y hasta invadiéndolos militarmente si ésto no funciona, y en cambio ayudar ahora al desarrollo de los pueblos más necesitados haciendo del banco un bastión de conciencia en apoyo de los pobres del mundo.
Y ahora viene John Bolton, el nominado por BushCo para ser embajador de los EEUU ante la ONU prometiendo que si lo eligen a éste cargo cambiará su hábito de atacar constantemente a ésta organización declarándola totalmente inútil y pretendiendo desconocer todos los convenios y tratados internacionales, y en cambio ayudar a fortalecer la ONU viéndola como un “componente importantísimo de nuestra democracia“.
Todo ésto me recuerda un dicho muy machista común en algunos países que va así:
“Prometer, prometer hasta meter, y una vez metido olvidar lo prometido”.