Esa es la pregunta que se hacen muchos después de enterarse que el entonces consejero legal de la Casa Blanca, Alberto Gonzales, demoró 12 horas para informarles a los hoy involucrados en la revelación de la identidad de la agente secreta Valerie Plame que deberían asegurarse de preservar todo lo que pudiera servir como posible evidencia en el caso.
Aparentemente, el departamento de Justicia le “ordenó” a Gonzáles un día “domingo por la noche”…
…que preservara toda la evidencia del caso, pero a la vez le dio “permiso” para que esperara hasta el lunes por la mañana para informar al resto de los miembros de la Casa Blanca de ésta obligación.
Sin embargo Gonzales admite que informó inmediatamente a una sola persona, al jefe de asuntos oficiales de la Casa Blanca Andrew Card.
Que coincidencia más grande, ¿no creen ustedes?
De seguro Card activó inmediatamente su Blackberry para enviar mensajes a Rove y a todos los otros involucrados, y éstos se dieron un festín esa noche en la Casa Blanca jugando con cantidades de “papel picado” y borrando discos duros.
Todo ésto suena cada vez más como los 18 minutos y medio que fueron borrados “accidentalmente” de las ya famosas cintas de grabación de la Casa Blanca de Nixon.
¿Terminará ésta historia igual que esa otra?