La primera dama de los derechos civiles, Coretta Scott King, murió en México, su familia le agradeció a México las atenciones con su madre, y en el funeral, su hija mayor, dijo que fue la voluntad de Dios que Coretta pasara sus últimos días en el país vecino como un mensaje de lo global e internacional de su mensaje de igualdad y justicia.

Sin embargo, el día de su funeral, al que asistieron 4 presidentes y expresidentes, políticos de ambos partidos, miles de personas que hicieron fila durante horas y hasta cantó Michael Bolton, no se vislumbró NINGUN LATINO.

El único que salió por ahí, fue el nuevo Senador de Nueva Jersey, Bob Menéndez, parte de la delegación de senadores que llegaron, salieron en cámara, hablaron algunos y se fueron.

¿Dónde están nuestros supuestos líderes que no pierden oportunidad para denunciar la discriminación de turno y quejarse cada vez que no nombran a un latino para la Corte Suprema o porque tenemos mala imagen en la televisión o porque cancelaron la celebración del 5 de mayo en la Casa Blanca?

El funeral duró más de 5 horas, osea que incluso aunque hubieran llegado tarde, pero ni siquiera eso.

El homenaje a King, fue a la vez tributo, denuncia social y política, servicio religioso, protesta y festival musical, reunió a gente de toda clase, desde el presidente Bush, un exdirector del FBI, expandilleros, familiares de King, activistas, estudiantes, la hija de Malcom X, Stevie Wonder, Maya Angelou y miles más.

¿Y nuestra gente?

 Tantos que dieron la vida o lucharon toda la vida para que hoy en día los latinos gocen de  derechos laborales, de vivienda, educación, voto y se pueden sentar tranquilamente en el bus on en un restaurante y ¿Cuál es la respuesta?

Los dejo con el comunicado oficial que emitió el Consejo Nacional de la Raza, donde dice erróneamente que Coretta, quién cruzó la frontera en un cortejo fúnebre,  falleció en su casa en Atlanta. (y parece que ni siquiera se han enterado que hasta cerraron la clínica mexicana donde murió)

Tributo a Coretta Scott King 

Desde la frontera