Después de que el video que muestra al senador republicano de Virginia George Allen llamar despectivamente “Macaco” a un corresponsal Indio-Americano recorriera el país entero e hiciera noticia primero en los blogs, y luego en programas de televisión y diarios nacionales, los políticos han empezado a tomar nota y a preocuparse cada vez más sobre lo que dicen en público y quien pueda estar filmando.
El video de Allen le ha costado al político no sólo el rechazo y la indignación general…
…en todo el país sino también una caída de seis puntos en los índices de aceptación de los votantes. Esto ha hecho que por primera vez en la campaña electoral su reelección al Senado haya sido puesta en riesgo. Su oponente, el demócrata Jim Webb, se ha acercado ahora a cinco puntos porcentuales en los sondeos faltando más de dos meses de campaña.
El New York Times publica hoy un artículo haciendo referencia a YouTube, ésta nueva herramienta que los ciudadanos están usando cada vez más para documentar lo que dicen los políticos, especialmente durante sus campañas electorales. Los videos son luego usados para confrontarlos cuando incumplan sus promesas o cambien de opinión con respecto a sus plataformas electorales.
Concuerdo con MyDD en que YouTube está teniendo un efecto muy importante de descentralización y democratización de la información en la política.
El efecto es similar a si los políticos estuvieran en vivo frente a las cámaras a todo momento. En cierta forma es una manera de intentar mantener siempre honestos a los políticos, algo que suena como una utopía pero que quizás sea hasta cierto punto posible en esta nueva era del periodismo ciudadano.
Mientras tanto podremos por lo menos continuar documentando al mundo como duermen algunos de nuestros senadores durante audiencias importantes.