En la desesperación y el pánico que parecen estar padeciendo los Republicanos ante la altísima probabilidad de que en las elecciones para el Congreso de noviembre el electorado los saque del poder de una vez por todas, figuras representativas e influyentes del partido Republicano se han quitado la máscara para revelar su verdadera vocación de racistas consumados.
Hace un par de días les contábamos acerca del senador racista de Virginia, George Allen, quien llamó despectivamente de “macaco” o “macaca” a un estudiante Indio-Americano de piel oscura frente a las cámaras. La noticia se ha difundido ahora a las agencias cablegráficas y a muchísimos diarios nacionales y locales dando incluso nacimiento a toda una industria basada en el desagradable incidente.
Como queriendo superar a Allen en una competencia para ver quien hace el comentario más racista, la revista The Weekly Standard, uno de los voceros más importantes del partido Republicano y lectura favorita de los habitantes de la Casa Blanca, publica en su última edición una caricatura basada en la película Driving Miss Daisy.
En esta caricatura se ve a Ned Lamont, el candidato Demócrata al Senado por el estado de Connecticut que derrotó recientemente a Joe Lieberman (el senador Republicano que se hace pasar por Demócrata) subiendo a un coche conducido por un Al Sharpton vestido de chauffer con guantes blancos.
Sharpton es un ministro de la Iglesia Pentecostal y ex-candidato a la presidencia de los EEUU por el partido Demócrata que tiene una larga historia de activismo político y de lucha por los derechos humanos.
Sucede que Sharpton, que es Afro-Americano, participó activamente en la exitosa campaña de Ned Lamont, y por esta razón se ha convertido en blanco de las burlas racistas de los Republicanos. Y en esta ocasión, el uso del estereotipo racista de chauffer negro les pareció brillante a los Republicanos.
Parece ser que en su desesperación, los Republicanos han concluido que es hora de recurrir a sus bases partidarias más fieles compuestas de neo-Nazis, el Ku-Klux-Klan y otros elementos racistas para presentarse como el partido del Poder Blanco y ganar así los votos de todos esos gusanos.
Considerando los planes de fraude electoral contra las minorías que viene haciendo el partido Republicano para noviembre y que comentaremos en un post futuro, esta estrategia racista no parece tener nada de accidental.