Esta mañana mientras miraba por televisión las ceremonias que se realizan en Nueva York, Washington y Pennsylvania en homenaje a los muertos del 9/11, leía también algunos blogs en donde encontré que esta pregunta se hacía con frecuencia.
¿Dónde estabas tú el 11 de septiembre?
La televisión en éste país se ha convertido hoy en un show continuo de morbo que muestra en forma alternada imágenes de Ground Zero en Nueva York, las torres gemelas durante el ataque, los familiares de las víctimas, las ceremonias en Nueva York, Washington y Pennsylvania, soldados en Afganistán e Irak, videos de Al-Qaeda y paquetes “sospechosos” que se encuentran hoy por varios lugares.
Pero lo más odioso de todo este espectáculo es que…
…intercaladas entre estas imágenes y los reportes traídos por algún corresponsal, se repiten constantemente las imágenes de los Bush y de los Cheney manipuladas para hacerlas parte central e inseparable del aniversario que se vive hoy. Ahora mismo estoy viendo a Alberto Gonzales, el procurador general de la república siendo entrevistado. Lo que podrá contribuir él a lo que todos ya sabemos sobre el 9/11 es para mi un misterio. Pero es buena propaganda política.
Ya se sabía con bastante anticipación que Bush iba a utilizar esta fecha para politizarla y ponerse en el centro de la atención. Pero nada puede prepararnos para aceptar esta sucia maniobra de propaganda política en un día tan significativo para el país.
Principalmente porque es imposible olvidar a ese Bush completamente paralizado por más de seis minutos cuando ocurrían los ataques mientras les leía historias a unos niños, ni se puede olvidar el hecho de que antes de que los ataques ocurrieran Bush estuvo un mes de vacaciones en su rancho en Texas ignorando completamente las advertencias que le hicieron llegar los servicios de inteligencia, y tampoco puede uno olvidar como Bush prácticamente huyó de la crisis en Air Force One desapareciendo para esconderse durante tres días en algún bunker mientras acá todos nos preguntábamos “¿Dónde está el presidente?”. Una ausencia de liderazgo que continúa cinco años después y que hoy día más que nunca tiene repercusiones graves en todo el mundo
Por otro lado, una de las imágenes de esos días que se repite por acá con frecuencia es aquella tomada tres días después del ataque y en que se ve a Bush aparecer sobre las ruinas del World Trade Center entre aclamaciones anunciando con un altavoz su famosa y hasta ahora fallida “guerra contra el terrorismo”.
A pesar de todo lo que los medios de prensa nos quieran convencer de que, en éste día, el 9/11, todo gira en torno a las ceremonias que se han organizado para resaltar al gobierno y al presidente o, como la “Marcha por la Libertad” que hubo ayer aquí en Washington quiso hacer, para resaltar al Departamento de Defensa, la verdad de las cosas es que este día le pertenece a los Newyorkinos y a los Washingtonianos.
Fueron ellos los que con sus policías, equipos de rescate, bomberos, soldados y otros espontáneos pusieron juntos el hombro para superar una crisis que cambió para siempre la vida de todos en este país. Fueron ellos los que mostrando un espíritu de colaboración, y un coraje y compromiso extraordinario, iniciaron la limpieza y reconstrucción cuando las ruinas aún estaban humeantes. Y son ellos los que sufren hoy las consecuencias de haber participado desinteresadamente en esas labores de rescate y limpieza mientras el gobierno los engañaba sin preocuparle en lo más mínimo su salud y bienestar.
Por eso cuando escucho la pregunta, ¿dónde estabas tú el 11 de septiembre?, pienso que la respuesta no tiene mucha importancia. Aún cuando durante días después de 9/11 pude ver los restos humeantes del Pentágono al otro lado del río mientras me dirigía a mis oficinas en Washington, y cuando luego fui testigo del trabajo de reconstrucción que tomó un tiempo largo.
Hoy día honramos no sólo la memoria de aquellos que perecieron, sino que celebramos también de manera especial a aquellos a quienes realmente les pertenece este día, a los ciudadanos comunes de Nueva York y Washington.