Como era de esperarse después de que el pasado Congreso republicano aprobara el Acta Patriota que le da al FBI amplios poderes para investigar supuestos casos de terrorismo, resulta que esta agencia federal no perdió tiempo en comenzar a meterse en la vida de todo el mundo y en abusar de estos poderes.
El supervisor del Departamento de Justicia Glenn A. Fine admitió el martes a una comisión de la Cámara de Representantes que el FBI se dedicó a hacer uso indebido grave y generalizado de su autoridad al recolectar ilegalmente información de estadounidenses y extranjeros por medio de las así llamadas cartas de seguridad nacional (NSL, por sus siglas en inglés).
Estos abusos de autoridad generalizados incluyeron…
…el recabar registros telefónicos, financieros y de correo electrónico de miles de ciudadanos estadounidenses inocentes de crimen alguno.
Congresistas demócratas dijeron que
“el informe demuestra cómo el Departamento de Justicia ha empleado la amplia autoridad para combatir el terrorismo que le otorgó el Congreso tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 para pisotear los derechos a la privacidad”.
John Conyers, presidente del Comité Judicial, agregó que
“Esta fue una grave violación a la confianza”. El departamento usó esta herramienta como un atajo para reunir ilegalmente grandes cantidades de información privada, sin siquiera informar adecuadamente al Congreso sobre sus actividades”.
Legisladores republicanos y demócratas le advirtieron severamente al FBI que la agencia podría perder sus amplias facultades si no actúa con rapidez para corregir los errores y problemas existentes.
El representante demócrata Jerrold Nadler dijo que el Congreso debería revisar la ley antiterrorista llamada Ley Patriota, que permitió una relajación sustancial en los controles que se tenían sobre las cartas.
Según el supervisor Fine,
“el fracaso del FBI en establecer controles suficientes o supervisión para recolectar la información representó fallas “graves e inaceptables”.
Ya lo habíamos comentado varias veces en este blog y en nuestro podcast. En nuestra opinión, muchas de estas leyes aprobadas por el Congreso republicano anterior no tienen otra finalidad que mermar los derechos a la privacidad y establecer un estado policial que más se asemeja a la Unión Soviética del siglo pasado que a un país libre y democrático.