Un nuevo proyecto para la legalización de inmigrantes indocumentados presentaron hoy dos congresistas, el demócrata Luis Gutiérrez y el republicano Jeff Flake.
La llamada ley “STRIVE” fue presentada por sus promotores no como una amnistía sino como una medida “viable y justa” para sacar de la sombra a los inmigrantes clandestinos.
Según Gutiérrez, “es un proyecto de ley de seguridad: seguridad nacional, seguridad de las familias y seguridad económica”.
El proyecto propone una vía a la legalización…
…para millones de indocumentados que entraron al país antes del 1 de junio de 2006.
Los inmigrantes recibirían una tarjeta temporal para trabajar en EEUU, pero tendrían que poseer un contrato laboral, pagar una multa de 2.000 dólares, pagar impuestos adeudados, demostrar tener dominio del inglés y conocimiento de historia del país, y no tener antecedentes criminales.
Además los inmigrantes tendrían que salir del país y regresar para completar los trámites de la residencia permanente.
Como dijo Eliseo Medina, vicepresidente del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicio (SEIU),
“cualquier medida que obligue a doce millones de indocumentados a salir del país para ajustar su estatus es una política mala”.
Agreguemos a esto el pago de $2,000 y otros detalles pocos realistas que de inicio ya excluyen a un grupo muy grande de inmigrantes de ingresos modestos que además desconfían del gobierno, y no queda más que concluir que esta propuesta pareciera ser más bien una maniobra política de época electoral que una iniciativa seria.