Había una época en que el Departamento de Estado de EEUU difundía a los cuatro vientos su reporte anual sobre la situación del terrorismo en el mundo, en el cual acusaba de terroristas tanto a naciones y grupos que de verdad lo eran como a aquellos que resistían los intentos de EEUU de interferir en sus decisiones soberanas.
Ahora parece que desde que EEUU invadió Irak bajo una serie de pretextos falsos que incluían combatir al terrorismo internacional supuestamente basado en ese país, el Departamento de Estado ha concluído que publicar dicho reporte no es al fin y al cabo tan buena idea.
Como recordarán, el año pasado el Departamento de Estado publicó un reporte con datos totalmente alterados para hacer creer que el terrorismo en el mundo había disminuído después de la invasión de Irak.
La verdadera historia era que por el contrario…
…el terrorismo había aumentado enormemente tal como muchos expertos habían vaticinado. Al final resulta que el mismo Colin Powell tuvo que salir a disculparse por el error y a rectificar las cifras alteradas.
Este año Condoliza Rice decidió que en vez de alterar los datos del reporte anual sobre el terrorismo en el mundo lo mejor era no divulgarlos.
Claro, el problemita que Condi tenía es que mientras Bush dice que EEUU está ganando la guerra contra el terrorismo la cantidad de atentados extremistas en el mundo se triplicó en el 2004.
Según Reuters
“El número de ataques terroristas “importantes” a nivel mundial aumentó a 650 el año pasado desde unos 175 en el 2003, según dicen asesores del Congreso quienes fueron informados sobre el aumento el lunes por el Departamento de Estado y funcionarios de los servicios de inteligencia.”
Según el gobierno americano ésto se debería en gran parte a que
“Estados Unidos realiza actualmente esfuerzos mucho mayores para detectar los atentados en todo el mundo.”
O sea, no es que el terrorismo en el mundo haya aumentado después de la invasión de Irak, sino que ahora tenemos mejores métodos para detectar cada vez que un coche-bomba explota en mil pedazos matando a una docena de inocentes infelices, o que un grupo de terroristas secuestra y decapita a un grupo de reclutas militares que andaban buscando trabajo para no morirse de hambre.
Si la historia de Pinocho fuera cierta y las narices crecieran cada vez que uno miente, los miembros de la administración Bush tendrían todos que viajar en autobuses o limousines de 10 filas de asientos y sentarse bien atrás para poder acomodar las suyas.