Ha quedado confirmado que los tiempos de oro del Washington Post han quedado atrás.
Las épocas en que periodistas como Bob Wodward, Carl Bernstein y el editor Ben Bradlee eran pilares de la independencia y de la veracidad periodística son ahora tan sólo gratos recuerdos del pasado.
En opinión de muchos, el Washington Post continúa inexorablemente su camino a la irrelevancia en el contexto político y periodístico de éste país.
El 15 de Junio del 2005…
…y en relación al Downing Street Memo el Washington Post escribió en un editorial:
“Aunque no podemos hablar por el departamento de noticias, la respuesta parece obvia. Los memos no añaden absolutamente nada a lo que ya se sabía anteriormente acerca de las deliberaciones de la administración Bush antes de la guerra. No sólo eso: éstos memos tampoco añaden nada a lo que se sabía públicamente en Julio del 2002.”
Por suerte el caricaturista del Washington Post decidió rescatar lo poco de integridad periodística que le queda al diario y en una caricatura brillante pone a los editores en el completo ridículo:
Traducido,
Corrección – El Downing Street memo parece contradecir prácticamente todo lo que usted recuerda ver y escuchar en la prensa durante los días previos a la guerra con Irak.
Su memoria está errada. Sentimos mucho su equivocación.