Según un editorial del New York Times de hoy, si el procurador general Paul Clement deniega la solicitud de un grupo de senadores para nombrar un fiscal independiente que investigue la posibilidad de que Alberto Gonzales haya cometido perjurio, el Congreso debería proceder de inmediato a impugnar a Gonzales.
Bush ha decidido defender a Gonzales hasta con las uñas por una razón muy simple. Como procurador general Gonzales está en la posición perfecta para obstruir la administración de justicia y encubrir todos los detalles de los crímenes cometidos por la administración: el espionaje electrónico doméstico ilegal, las mentiras que llevaron a la guerra con Iraq, el fraude electoral y los intentos de obtener ventajas electorales para los republicanos despidiendo a fiscales, el uso de correos externos a la Casa Blanca para planear actos ilegales, y muchos otros crímenes incluyendo algunos que seguro aún no han salido a la luz.
La administración más incompetente y corrupta de la historia de los EEUU no se va a ir así nomás quieta y sin hacer ruido. Esta va a ser una lucha dura y sucia hasta el final, y el Congreso va a tener que demostrar al pueblo y al mundo que aún tiene un rol que cumplir como rama de gobierno de igual poder en teoría que el ejecutivo. En caso contrario, estaríamos siendo testigos del nacimiento de una nueva y peligrosa dictadura controlada por un grupo pequeño de egomaniacos capaces de cualquier cosa para mantener el poder y avanzar sus agendas.
