Hace seis años la atención del mundo estaba puesta en George W. Bush quien anunciaba el comienzo del bombardeo de Estados Unidos a Irak.
Esta guerra marcó para millones en el mundo la imagen de Estados Unidos como un país arrogante, invasor y excesivo.
Incluso aliados de ayer, miraban con malos ojos un país que habían considerado un ejemplo para el mundo.
Hoy, la nota ha cambiado, literalmente.
Esta vez a pocos metros de la Casa Blanca, el gobierno de Estados Unidos estaba promocionando otro tipo de diplomacia, otra imagen del país.
Se trata de un programa del Departamento de Estado, mediante el cual músicos de Estados Unidos viajan como embajadores, llevando su arte a los puntos más apartados del planeta.